José Julián Martí Pérez (La Habana, 28 de enero de 1853 - Dos Ríos, 19 de mayo de 1895) fue un político republicano democrático, pensador, escritor, periodista, filósofo y poeta cubano, creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra del 95 o Guerra Necesaria, llamada así a la Guerra de Independencia de Cuba. Perteneció al movimiento literario del modernismo.
Carrera política
Monumento a José Martí en
Esposizione Universale Roma,
Roma.
Monumento a José Martí en
Ciudad de México (DF).
Monumento a José Martí en la ciudad de
Cienfuegos (
Cuba).
Monumento a José Martí en el
Central Park de
Nueva York.
Monumento a José Martí en
Ybor City (
Tampa, Florida).
Monumento a Martí en
Cádiz (
España).
Monumento a José Martí en
Sofia (
Bulgaria).
Estudios y primera deportación
José Julián Martí Pérez nació en la calle Paula n.º 41, La Habana, el 28 de enero de 1853. Su padre era Mariano Martí, natural de Valencia, España, y la madre Leonor Pérez Cabrera, de Tenerife, Canarias, España.
En 1866 se matriculó en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. Ingresa también en la clase de Dibujo Elemental en la Escuela Profesional de Pintura y Escultura de La Habana, más conocida como San Alejandro.
El 4 de octubre de 1869, al pasar una escuadra del Primer Batallón de Voluntarios por la calle Industrias nº 122, donde residían los Valdés Domínguez, de la vivienda se oyen risas y los voluntarios toman esto como una provocación. Regresan en la noche y someten la casa a un minucioso registro. Entre la correspondencia encuentran una carta dirigida a Carlos de Castro y Castro, compañero del colegio que, por haberse alistado como voluntario en el ejército español para combatir a los independentistas, calificaban de apóstata.
Por tal razón, el 21 de octubre de 1869 Martí ingresa en la Cárcel Nacional acusado de traición por escribir esa carta, junto a su amigo Fermín Valdés Domínguez. El 4 de marzo de 1870, Martí fue condenado a seis años de prisión, pena posteriormente conmutada por el destierro a Isla de Pinos (actual Isla de la Juventud), al suroeste de la principal isla cubana. Llega allí el 13 de octubre. El 18 de diciembre sale hacia La Habana y el 15 de enero de 1871, por gestiones realizadas por sus padres, logró ser deportado a España. Allá comienza a cursar estudios en las universidades de Madrid y Zaragoza, donde se gradúa de Licenciado en Derecho Civil y en Filosofía y Letras.
De España se traslada a París por breve tiempo. Pasa por Nueva York y llega a Veracruz el 8 de febrero de 1875, donde se reúne con su familia. En México entabla relaciones con Manuel Mercado y conoce a Carmen Zayas Bazán, la cubana de Camagüey que posteriormente sería su esposa.
Del 2 de enero al 24 de febrero de 1877 estuvo de incógnito en La Habana como Julián Pérez. Al llegar a Guatemala trabaja en la Escuela Normal Central como catedrático de Literatura y de Historia de la Filosofía. Retorna a México, para contraer matrimonio con Carmen el 20 de diciembre de 1877. Regresa a Guatemala a inicios de 1878.
Segunda deportación
En 1878 vuelve a Cuba, el 31 de agosto, para radicarse en La Habana, y el 22 de noviembre nace José Francisco, su único hijo. Comenzó sus labores conspirativas figurando entre los fundadores del Club Central Revolucionario Cubano, del cual fue elegido vicepresidente el 18 de marzo de 1879. Posteriormente el Comité Revolucionario Cubano, radicado en Nueva York bajo la presidencia del Mayor General Calixto García, lo nombró subdelegado en la isla.
En el bufete de su amigo Don Nicolás Azcárate conoce a Juan Gualberto Gómez. Entre el 24 y el 26 de agosto de 1879 se produce un nuevo levantamiento en las cercanías de Santiago de Cuba. El 17 de septiembre Martí es detenido y deportado nuevamente a España, el 25 de septiembre de 1879, por sus vínculos con la conocida como Guerra Chiquita, liderada por el citado general García. Al llegar a Nueva York, se establece en la casa de huéspedes de Manuel Mantilla y su esposa, Carmen Miyares.
El Partido Revolucionario Cubano
Martí logró llevarse consigo a su esposa e hijo el 3 de marzo de 1880. Permanecen juntos hasta el 21 de octubre, en que Carmen y José Francisco regresan a Cuba. Una semana después resultó electo vocal del Comité Revolucionario Cubano, del cual asumió la presidencia al sustituir a García, quien había partido hacia Cuba para incorporarse a la fallida Guerra Chiquita.
Entre 1880 y 1890 Martí alcanzaría renombre en la América a través de artículos y crónicas que enviaba desde Nueva York a importantes periódicos: La Opinión Nacional, de Caracas, Venezuela; La Nación, de Buenos Aires, Argentina, y El Partido Liberal, de México. Posteriormente decide buscar mejor acomodo en Venezuela, a donde llega el 20 de enero de 1881. En Caracas fundó la Revista Venezolana, de la que pudo editar solo dos números. En el segundo número Martí, escribe un notable ensayo sobre el destacado intelectual Cecilio Acosta que disgusta al presidente Guzmán Blanco motivo suficiente para ser expulsado del país. En Nueva York trabajó para la casa editorial Appleton como editor y traductor.1
A mediados de 1882 reinició la labor de reorganizar a los revolucionarios (los partidarios de la independencia total de Cuba de la metrópoli española), comunicándoselo mediante cartas a Máximo Gómez Báez y Antonio Maceo. El 2 de octubre de 1884 se reúne por vez primera con ambos líderes y comienza a colaborar en un plan insurreccional diseñado y dirigido por los generales Gómez y Maceo. Luego se separó del movimiento por estar en desacuerdo con los métodos de dirección empleados y las consecuencias que tendrían sobre la futura república cubana, según manifestó.
El 30 de noviembre de 1887 fundó una Comisión Ejecutiva, de la cual fue elegido presidente, encargada de dirigir las actividades organizativas de los revolucionarios. En enero de 1892 redactó las Bases y los Estatutos del Partido Revolucionario Cubano. El 8 de abril de 1892 resultó electo Delegado de esa organización, cuya constitución fue proclamada dos días después, el 10 de abril de 1892. El 14 de ese mes fundó el periódico Patria, órgano oficial del Partido. Entre 1887 y 1892, Martí se desempeñó como cónsul de Uruguay en Nueva York.
El Plan de la Fernandina
En los años 1893 y 1894 recorrió varios países de América y ciudades de Estados Unidos, uniendo a los principales jefes de la Guerra del 68 entre sí y con los más jóvenes, y acopiando recursos para la nueva contienda. Desde mediados de 1894 aceleró los preparativos del Plan Fernandina, con el cual pretendía promover una guerra corta, sin grandes desgastes para los cubanos. El 8 de diciembre de 1894 redactó y firmó, conjuntamente con los coroneles Mayía Rodríguez (en representación de Máximo Gómez) y Enrique Collazo (en representación de los patriotas de la Isla), el plan de alzamiento en Cuba. El Plan Fernandina fue descubierto e incautadas las naves con las cuales se iba a ejecutar. A pesar del gran revés que ello significó, Martí decidió seguir adelante con los planes de pronunciamientos armados en la Isla, siendo apoyado por todos los principales jefes de las guerras anteriores.
Camino a la Guerra
El 29 de enero de 1895, junto con Mayía y Collazo, firmó la orden de alzamiento y la envió a Juan Gualberto Gómez para su ejecución. Partió de inmediato de Nueva York a Montecristi, en República Dominicana, donde lo esperaba Máximo Gómez, con quien firmó el 25 de marzo de 1895 un documento conocido como Manifiesto de Montecristi, programa de la nueva guerra. Ambos líderes llegan a Cuba el 11 de abril de 1895, por Playitas de Cajobabo, Baracoa, al noroeste de la antigua provincia de Oriente.
Tres días después del desembarco, hicieron contacto con las fuerzas del Comandante Félix Ruenes. El 15 de abril de 1895 los jefes allí reunidos bajo la dirección de Gómez, acordaron conferir a Martí el grado de Mayor General por sus méritos y servicios prestados.
El 28 de abril de 1895, en el campamento de Vuelta Corta, en Guantánamo (extremo este de la provincia de Oriente), junto con Gómez firmó la circular «Política de guerra». Envió mensajes a los jefes indicándoles que debían enviar un representante a una asamblea de delegados para elegir un gobierno en breve tiempo. El 5 de mayo de 1895 tuvo lugar la reunión de La Mejorana con Gómez y Maceo, donde se discutió la estrategia a seguir. El 14 de mayo de 1895 firmó la «Circular a los jefes y oficiales del Ejército Libertador», último de los documentos organizativos de la guerra, la que elaboró también con Máximo Gómez.
El día 18 de abril, en el Campamento de Dos Ríos, Martí escribe su última carta a su amigo Manuel Mercado, ese documento se le conoce como su testamento político, en un fragmento de la carta Martí expresa:
"...ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber —puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo— de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser, y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas..."
Muerte
El 19 de mayo de 1895 una columna española se desplegó en la zona de Dos Ríos, cerca de Palma Soriano, donde acampaban los cubanos. Martí marchaba entre Gómez y el Mayor General Bartolomé Masó. Al llegar al lugar de la acción, Gómez le indicó detenerse y permanecer en el lugar acordado. No obstante, en el transcurso del combate, se separó del grueso de las fuerzas cubanas, acompañado solamente por su ayudante Ángel de la Guardia. Martí cabalgó, sin saberlo, hacia un grupo de españoles ocultos en la maleza y fue alcanzado por tres disparos que le provocaron heridas mortales. Su cadáver no pudo ser rescatado por los mambises (soldados cubanos). Tras varios entierros, fue finalmente sepultado el día 27, en el nicho número 134 de la galería sur del Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba.
Visión política
Su visión política era un liberal clásico y demócrata. Además, su obra política y de propaganda muestra estas tres prioridades: la unidad de todos los cubanos como nación en el proyecto cívico republicano de postguerra; la terminación del dominio colonial español; y evitar expansiones estadounidenses y españolas. Es casi unánime la información sobre su gran capacidad de trabajo y frugalidad, lo que, siendo evidente, junto a su palabra persuasiva, le valió reconocimiento por la mayoría de sus compatriotas.
Versos de José Martí
1.Yo vengo de todas partes, y hacia todas partes voy: arte soy entre las artes; en los montes, monte soy.
2.Gocé una vez, de tal suerte que gocé cual nunca:—cuando la sentencia de mi muerte leyó el alcaide llorando.
3.Oculto en mi pecho bravo la pena que me lo hiere: el hijo de un pueblo esclavo vive por él, calla y muere.
4.Duermo en mi cama de roca mi sueño dulce y profundo: roza una abeja mi boca y crece en mi cuerpo el mundo.
5. Si ves un monte de espumas, es mi verso lo que ves: mi verso es un monte, y es un abanico de plumas.
6.Mi verso al valiente agrada: mi verso, breve y sincero, es del vigor del acero con que se funde la espada.
7.¡Arpa soy, salterio soy donde vibra el Universo: vengo del sol, y al sol voy: soy el amor: soy el verso!
8.Vierte, corazón, tu pena donde no se llegue a ver, por soberbia, y por no ser motivo de pena ajena.
9.¡La edad es ésta de los labios secos! De las noches sin sueño! ¡De la vida estrujada en agraz! ¿Qué es lo que falta que la ventura falta?
Enfermedades
La salud de José Martí no era buena. Estudios recientes realizados han mostrado que padecía sarcoidosis, diagnosticada en España a los 18 años. Probablemente a partir de esta enfermedad padeció afectaciones oculares, del sistema nervioso, problemas cardíacos y fiebre. También se ha investigado que padecía un sarcocele (tumor de testículo, de tipo quístico), con abundancia de líquido alrededor del tumor. Para aliviar sus dolores los médicos puncionaban el tumor con periodicidad. Finalmente fue operado por el Dr. Francisco Montes de Oca, que le realizó una exéresis total del testículo, extirpando el tumor.
Legado literario
- Principales obras:
En el campo de la poesía sus obras más conocidas son las siguientes:
- Ismaelillo (1882)
- Versos sencillos (1891)
- Versos libres (1878-1882)
- Flores del destierro (1878-1895).
- Ensayos más populares:
- El presidio político en Cuba (1871)
- Nuestra América (1891)
Cabe también destacar su obra epistolar, por lo general bien apreciada literaria y conceptualmente. Se incluye entre sus obras "La edad de oro. Publicación mensual de recreo e instrucción dedicada a los niños de América" de la cual fue redactor (julio de 1889).
Fue precursor del modernismo, junto a Manuel González Prada (Perú), Rubén Darío (Nicaragua), Francisco Gavidia (El Salvador), Julián del Casal (Cuba), Manuel Gutiérrez Nájera (México), Manuel de Jesús Galván (República Dominicana), Enrique Gómez Carrillo (Guatemala), José Santos Chocano (Perú) y José Asunción Silva (Colombia), entre otros. Es todavía tema de debate entre los especialistas su importancia relativa en el modernismo.
Algunas publicaciones
- 1869 enero: Abdala
- 1869 enero: "10 de octubre"
- 1871: El presidio político en Cuba
- 1873: La República Española ante la revolución cubana
- 1875: Amor con amor se paga
- 1882: Ismaelillo
- 1882 febrero: Ryan vs. Sullivan
- 1882 febrero: Un incendio
- 1882 julio: El ajusticiamiento de Guiteau
- 1883 enero: "Batallas de la Paz"
- 1883 marzo: " Que son graneros humanos"
- 1883 marzo: Karl Marx ha muerto
- 1883 marzo:El Puente de Brooklyn
- 1883 septiembre: "En Coney Island se vacía Nueva York"
- 1883 diciembre:" Los políticos de oficio"
- 1883 diciembre: "Bufalo Bil"
- 1884 abril:"Los caminadores"
- 1884 noviembre: Norteamericanos
- 1884 noviembre:El juego de pelota de pies
- 1885: Amistad funesta
- 1885 enero:Teatro en Nueva York
- 1885 marzo: "Una gran rosa de bronce encendida"
- 1885 marzo:Los fundadores de la constitución
- 1885 junio: "Somos pueblo original"
- 1885 agosto: "Los políticos tiene sus púgiles"
- 1886 mayo: Las revueltas anarquistas de Chicago
- 1886 septiembre: " La ensenanza"
- 1886 octubre: "La Estatua de la Libertad"
- 1887 abril: El poeta Walt Whitman
- 1887 abril: El Madison Square
- 1887 noviembre: Ejecución de los dirigentes anarquistas de Chicago
- 1887 noviembre: La gran nevada
- 1888 mayo: El ferrocarril elevado
-
1888 agosto: Verano en Nueva York
- 1888 noviembre: " Ojos abiertos, y gargantas secas"
- 1888 noviembre: "Amanece y ya es fragor"
- 1889: 'La edad de oro'
- 1889 mayo: El centenario de George Washington
- 1889 julio: Bañistas
- 1889 agosto: "Nube Roja"
- 1889 septiembre: "La caza de negros"
- 1890 noviembre: " El jardín de las orquídeas"
- 1891 octubre:Versos Sencillos
- 1891 enero: "Nuestra América"
- 1894 enero: " ¡A Cuba!"
- 1895: Manifiesto de Montecristi- coautor con Máximo Gómez
obra póstuma
Martí y la Niña de Guatemala
María García Granados y Saborío, hija del general
Miguel García Granados y nieta de la hermana del general, la periodista y poetisa
María Josefa García Granados Se enamoró de Martí cuando éste llegó a
Guatemala, y su temprana muerte dio origen a la leyenda de
La Niña de Guatemala.
El 10 de mayo de 1878 murió la guatemalteca María García Granados y Saborío, lo que daría lugar a una triste leyenda inspirada por los amores frustrados entre Martí y María. Martí dejó su tristeza plasmada en el poema IX de sus Versos Sencillos
Además de los versos de Martí de 1891, existen documentos que han contribuido a esclarecer parcialmente el episodio:
- Otros dos poemas, que le dedicara Martí a María antes de su fallecimiento
- Algunos testimonios de amigos comunes
- Un pequeño mensaje que María le hiciera llegar al cubano al regresar él casado, procedente de México
- Una carta en que Martí la recordaba dolorosamente, dirigida a su amigo Manuel Mercado
- Un personaje de su única novela.
Sobre María, Martí escribió:
Guatemala, 1877
Si en la fiesta teatral —corrido el velo— Desciende la revuelta escalinata, Su pie semeja cisne pequeñuelo Que el seno muestra de luciente plata. […] Quisiera el bardo, cuando al sol la mece, Colgarle al cuello esclavo los amores; ¡Si se yergue de súbito, parece Que la tierra se va a cubrir de flores!
¡Oh! Cada vez que a la mujer hermosa Con fraternal amor habla el proscripto, Duerme soñando en la palmera airosa,
Novia del Sol en el ardiente Egipto. |
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Y en un segundo poema de mayo de 1877: Amo el bello desorden, muy más bello Desde que tú, la espléndida María, Tendiste en tus espaldas el cabello, ¡Como una palma al destocarse haría!
Desempolvo el laúd, beso tu mano Y a ti va alegre mi canción de hermano. ¡Cuán otro el canto fuera
Si en hebras de tu trenza se tañera! |
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Tomado de: Martínez, M.B. Viejos datos reverdecen la leyenda: Martí y la Niña.
La historia se inicia cuando Martí, con solo 24 años, llegó a Guatemala procedente de México. En el país azteca había tenido éxito profesional como periodista y escritor y se había reencontrado con su familia tras su deportación política a España (1871-1875). En Guatemala conoce a la actriz dramática Eloísa Agüero y, finalmente, se compromete en matrimonio con su futura esposa, Carmen. En realidad, arribaba a tierra centroamericana tras su decepción política frente al gobierno autoritario de Porfirio Díaz, aunque luego terminaría decepcionándole también el gobierno de Justo Rufino Barrios. Al llegar a Guatemala no deja de manifestar una visión crítica respecto a la inferiorización de que ha sido objeto la mujer en ese país: en un artículo denominado «Los códigos nuevos», publicado en El Progreso, el 22 de abril de 1877 realiza una reflexión a pedido de Joaquín Macal, ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala: «¿Cuál es el primero de los lastres coloniales de la legislación depuesta que menciona? El poder omnímodo del señor bestial sobre la esposa venerable. Da la patria potestad a la mujer, la capacita para atestiguar y, obligándola a la observancia de la ley, completa su persona jurídica. ¿La que nos enseña la ley del cielo, no es capaz de conocer la de la tierra?».
Así pues, centró su atención en las damas guatemaltecas de «andar indolente, de miradas castas, vestidas como las mujeres del pueblo,—con las trenzas tendidas sobre el manto, que ellas llaman pañolón; la mano ociosa contando a las puntas flotantes del manto los goces infantiles o las primeras penas de su dueña»; y cuando encontró a María García Granados, una dama semejante, pero más cosmopolita e ilustrada, quedó inmediatamente prendado de ella. He aquí algunas descripciones de la señorita García Granados:
- M.B. Martínez: «Era una joven interesantísima. Llevé a Martí a un baile de trajes, que se daba en casa de García Granados, a los dos días de haber llegado [por primera vez] a Guatemala; estábamos los dos de pie, en uno de los hermosos salones, viendo desfilar las parejas [cuando vimos venir] del brazo dos hermanas señoritas. Me preguntó Martí, “¿Quién es esa niña vestida de egipcia?”—“Es María, hija de la casa” [le contesté]. La detuve y le presenté a mi amigo y paisano Martí, y se encendió la chispa eléctrica».
- José María Izaguirre la describió así: «Era alta, esbelta y airosa: su cabello negro como el ébano, abundante, crespo y suave como la seda; su rostro, sin ser soberanamente bello, era dulce y simpático; sus ojos profundamente negros y melancólicos, velados por pestañas largas, revelaban una exquisita sensibilidad. Su voz era apacible y armoniosa, y sus maneras tan afables, que no era posible tratarla sin amarla. Tocaba el piano admirablemente, y cuando su mano resbalaba con cierto abandono por el teclado, sabía sacar de él notas que parecían salir de su alma y pasaban a impresionar el alma de sus oyentes.»
José María Izaguirre, cubano que quien vivía en Guatemala en ese tiempo y era director del entonces prestigioso Instituto Nacional Central para Varones, nombró a Martí profesor de Literatura y de Ejercicios de Composición. Izaguirre, además de ocuparse de las labores docentes, organizaba veladas artísticas y literarias a las que Martí asistía con frecuencia. Allí fue donde conoció a María el 21 de abril de 1877: una hermosa adolescente, siete años menor que él. El padre de ella, el general Miguel García Granados había sido presidente unos cuantos años antes y gozaba de mucho prestigio en la sociedad guatemalteca del gobierno de Barrios; pronto se hizo amigo del emigrado cubano y lo invitaba a su residencia a jugar al ajedrez con frecuencia, oportunidades en que Martí se encontraba con María.
A fines de 1877, Martí se fue a México y regresó hasta inicios del siguiente año, ya casado con Carmen. Lo que sucedió después de su matrimonio, ha sido comentado con posterioridad también por quienes presenciaron los hechos José María Izaguirre, por ejemplo, se propuso fortalecer el mito de muerte por amor: «Cuando Martí regresó con Carmen no fue más a casa del general, pero el sentimiento se había arraigado profundamente en el alma de María, y no era ella del temple de las que olvidan. Su pasión se encerraba en este dilema: verse satisfecha, o morir. No pudiendo verificarse lo primero, le quedaba el otro recurso. En efecto, su naturaleza se resintió del golpe, fue decayendo paulatinamente, un suspiro continuo la consumía y, a pesar de los cuidados de la familia y los esfuerzos de la ciencia, después de estar algunos días en cama sin exhalar una queja, su vida se extinguió como el perfume de un lirio.»
Cuando Martí consiguió publicar los Versos Sencillos, en 1891, Carmen y su hijo habían ido a visitarlo a Nueva York Poco después, Carmen embarcó hacia La Habana a escondidas, para lo cual solicitó colaboración a las autoridades españolas, produciéndose así la separación irreversible del matrimonio y el alejamiento definitivo de su hijo. Martí entonces le escribió a un amigo: «Y pensar que sacrifiqué a la pobrecita, a María, por Carmen, que ha subido las escaleras del consulado español para pedir protección de mí».
Martí dejó entrever en su poema IX incluso más que una muerte por tristeza: insinúa, alegóricamente, el suicidio de la amante rechazada:
Poema IX
Quiero, a la sombra de un ala, contar este cuento en flor: la niña de Guatemala, la que se murió de amor.
Eran de lirios los ramos; y las orlas de reseda y de jazmín; la enterramos en una caja de seda...
Ella dio al desmemoriado una almohadilla de olor; él volvió, volvió casado; ella se murió de amor.
Iban cargándola en andas obispos y embajadores; detrás iba el pueblo en tandas, todo cargado de flores...
Ella, por volverlo a ver, salió a verlo al mirador;
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él volvió con su mujer, ella se murió de amor.
Como de bronce candente, al beso de despedida, era su frente -¡la frente que más he amado en mi vida!...
Se entró de tarde en el río, la sacó muerta el doctor; dicen que murió de frío, yo sé que murió de amor.
Allí, en la bóveda helada, la pusieron en dos bancos: besé su mano afilada, besé sus zapatos blancos.
Callado, al oscurecer, me llamó el enterrador; nunca más he vuelto a ver
a la que murió de amor.
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Aunque persiste la leyenda creada como consecuencia de una interpretación demasiado recta del poema, no existen evidencias documentales de suficiente peso capaces de acreditar que María García Granados atentara contra su vida o, incluso, falleciera producto de un estado psicológico depresivo. Una entrevista con un descendiente de los García Granados,Nota 6 da luz sobre la versión familiar, transmitida por tradición oral: se dice que María, aunque acatarrada, aceptó ir a nadar con su prima, lo que era actividad habitual para ellas, quizá para distraerse de la tristeza en que se hallaba sumida tras el regreso de Martí, ya casado con Carmen. Después del paseo, María empeoró y murió a causa de una enfermedad de las vías respiratorias que, según aseguraba la familia del informante, ya padecía.
No debe dejarse de señalar que todo parece indicar que María no respondía al patrón de muchacha tímida y vulnerable; publicaciones guatemaltecas de la época hablan de su participación relativamente activa como música y cantante fuera del hogar, en actividades artísticas públicas, organizadas por sociedades e instituciones —coincide incluso con la presencia de Martí, quien interviene en una de ellas como orador. Al parecer, se trataba de una joven popular dentro de la sociedad capitalina de la época; María seguía así los pasos de su tía y abuela María Josefa, quien había muerto en 1848 y que había sido además de poetisa y periodista, muy influyente en los gobiernos de Guatemala. Tras el fallecimiento de María, aparecieron en la prensa guatemalteca varios poemas en calidad de homenaje póstumo, donde los autores confesaban la admiración que en ellos había despertado.
Pensamiento religioso
José Martí no asume una posición antirreligiosa, sino que hace críticas a las religiones establecidas, por sus desviaciones, por el abandono en un momento de su desarrollo histórico de los principios que la originaron y de los fundamentos de la religiosidad.
Un pueblo irreligioso morirá, porque nada en él alimenta la virtud. Las injusticias humanas disgustan de ella; es necesario que la justicia celeste la garantice.
Habiendo recibido Martí una educación religiosa fue capaz de darse cuenta y profundizar en las diferencias estimadas por las distintas religiones, logró demostrar a través de su propia experiencia lo necesario de la conciencia, la razón y la voluntad, elementos que relaciona con claridad en la actuación del hombre en la vida, la que siempre concebía relacionada a la honradez, la justicia y los sentimientos humanos. Las convicciones religiosas las veía con agrado cuando estaban en defensa de los aspectos expresados anteriormente, todo lo que fomentara su limitación y desarrollo constituían un elemento de freno al pensamiento sano y creador del hombre.
Influencia de Martí
Su influencia en los cubanos es grande. En general es considerado por sus compatriotas como el principal modelador de la nacionalidad cubana tal como la conocemos hoy. Su prestigio se refleja en los títulos que popularmente se le conceden. «El apóstol de la independencia» y «el maestro» son los más usados.
José Martí es considerado además el precursor del Modernismo en Latinoamérica, un movimiento literario que explotaría en el continente latinoamericano con Rubén Darío. Esto se observa especialmente en el Prólogo que escribe en sus Versos libres, donde defiende el valor de la originalidad de la poesía nacida de las entrañas ("Éstos son mis versos. Son como son. A nadie los pedí prestados.") frente al metodismo de los poetas anteriores.
Descendencia
En 1876 Martí se casó con Carmen Zayas Bazán, con quien tuvo un solo hijo: José Francisco Martí Zayas-Bazan, apodado Ismaelillo (1878-1945). José Francisco se alistó en el Ejército Cubano durante la guerra de 1895, a los 17 años tan pronto como averiguó que su padre había muerto. En ese momento estudiaba en el Rensselaer Institute of Technology, en Troy, New York. Se unió a las fuerzas del general Calixto García y con gran modestia declinó usar a Baconao, el caballo blanco de su padre, el cual le había sido enviado por Salvador Cisneros Betancourt. Calixto García lo promovió a capitán por su valor en la batalla de Las Tunas. Fue asistente de William Taft antes de que éste fuera presidente de Estados Unidos. Durante la república, alcanzó el rango de general y fue Secretario de Defensa y de la Marina, bajo el mando de su amigo íntimo Mario García Menocal, en 1921.
Fuente: Wikipedia.com
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